jueves, 2 de marzo de 2017

ana es mi gran tapadera

Acabo de entender toda mi enfermedad de un plumazo. Todas esas veces en que me han dicho que ana es solo una tapadera, que lo verdaderamente importante es lo que hay detrás. Lo fácil que resulta olvidarse del mundo para focalizar toda la atención en un esteriotipo y todo lo que conlleva. Al principio, te sientes tan arrinconada, tan poca cosa, que encuentras en ana una especie de "salvavidas" (y esta es posiblemente la mayor ironía que haya escrito jamás) para expresar cómo te sientes. No resuelves tus problemas, te buscas uno más grande y visible que eclipse al resto. Acabas convencida de que no te pasa nada, que solo quieres un cuerpo más delgado y estilizado. Conviertes la comida en tu peor enemigo y le declaras la guerra. Y, al cabo de muchos años, caes en la cuenta de que aquello que considerabas tu más terrible problema, en realidad no lo era. Ahora tienes que coseguir quitarte de encima ese problema y todos los que ya tenías antes pero que dejaste aparcados por librar otra batalla que no era la tuya. Y os preguntaréis por qué, si soy tan consciente de esto, sigo teniendo recaídas. Primero, porque no es nada fácil librarte de algo a lo que has estado atada tantos años (aunque que no sea fácil no quiere decir para nada que no sea posible). Segundo, porque sin saber cómo enfrentarte a los demás problemas, una termina yéndose a lo que más conoce. Es como cuando un niño llora y le damos un caramelo para que deje de llorar. El caramelo no es la solución, pero es lo que mejor nos viene en ese momento. Algo así pasa con ana. Un bicho que te ve débil y te convence para que "dejes en sus manos todo lo que te preocupa". Y es que cuántas veces terminamos yendo por el camino más concurrido por miedo a lo desconocido. Con ana hemos aprendido a refugiarnos. Lo que pasa ahora es que cuando luchamos por salir de la enfermedad, por un lado nos sentimos bien por enfrentarnos a ella y dejarla de lado y, por otro lado, sentimos vértigo porque no estamos seguras de cómo enfrentarnos al mundo que nos rodea. Yo a veces siento como si llevase un tiempo sumida en un profundo sueño y me estuviese despertando, me siento aletargada y confusa, buscando centrarme en el aquí y ahora pero con el miedo del pasado y la tremenda incertidumbre del futuro. 

Es fácil echar la culpa de tus problemas a una enfermedad, pero cuando asumes que los problemas no son tales sino que son otros, te quedas bloqueada. Es como quitarse un escudo. Había un tiempo en el que incluso parecía más "fácil" vivir dentro de la burbuja que creaba ana que fuera. ¿Cómo acabar con ana y enfrentarse cara a cara con la realidad? Quizás pueda resultar algo complejo lo que acabo de escribir. Es solo que hay días en los que me siento estancada en la vida, como si siguiese siendo esa niña de doce años que no sabía qué le pasaba exactamente y firmó contrato con el diablo. Volver a sentir el mismo vacío pone los pelos de punta. Pero si algo está claro es que no se puede estar esquivando los problemas eternamente. Hay que enfrentarse a ellos cuanto antes. Y si no puedes hacerlo tú sola, que será lo más probable, ¡pide ayuda! ¿Qué no sabes por dónde empezar? Tranquila, a mí me pasa lo mismo. Pero desde luego no podemos quedarnos quietas, de brazos cruzados, y mucho menos seguir de la mano de ana. Una vez eres consciente de todo lo que ha significado la enfermedad en tu vida, es hora de cerrar el capítulo e ir, poco a poco, desempolvando los problemas que dejaste en el trastero para pasarles un paño húmedo y devolverlos al lugar donde pertenecen. No hay por qué correr, tan solo piensa que los años que dediques a enfrentarte a problemas no resueltos, son años en que estás rechazando a ana como camino más fácil. Y siempre la vas a tener ahí detrás de la oreja tratando de engañarte y que caigas en su red, pero cada día que la rechaces, la estarás alejando de tu lado, así hasta que su murmullo sea casi imperceptible, ese murmullo que te dice "tú no tienes ningún problema, tu razón de estar triste y hundida es que no te gusta tu cuerpo, cuando adelgaces serás más feliz."