lunes, 12 de octubre de 2015

Vuelvo pisando fuerte, dándole una patada al otoño

Llevo un mes sin escribir en el blog y algunos ya me estáis pidiendo que lo haga. Me decís que esperáis que, si no escribo, sea porque me va todo tan bien que no tengo ni tiempo para ello. Vale, tenéis razón, todo va cada vez mejor, pero también os debo una pequeña explicación.

Mi principal motivo para no escribir, es un motivo muy extendido por la población, se llama MIEDO. "¿A qué?", os estaréis preguntando. Pues bien, si habéis leído mi carta, veréis que hace exactamente un año tuve una recaída muy fuerte. Y, además, que mis ingresos y recaídas siempre han sido con "la vuelta al cole" o "el fin de las vacaciones", como prefiráis llamarlo. Supongo que, si no he escrito, ha sido por el riego a estar tan en contacto con la enfermedad y recordando mi pasado, por el riego a que eso me hiciese caer de nuevo, por el terror que causaba en mí que algo me desequilibrase y todo por lo que he luchado se desmoronase en milésimas de segundos. 

Pasado más de un mes de la vuelta de vacaciones, puedo decir orgullosa que estoy mejor que nunca, que me siento feliz, que nunca he tenido a ana tan controlada como hasta ahora y que, después de siete años de infierno, aún no me creo que esto esté siendo así. 

La semana pasada fue mi cumpleaños: 21. Desde el día que cumplí 15, cada cumpleaños ha terminado con una turbia lágrima en cada ojo al soplar las velas. Me negaba a asumir que ana seguía siendo la dueña de mis actos y yo su triste esclava. Pero este año mi regalo era comprobar que ana navegaba en un barco a la deriva y yo, desde la orilla, le decía adiós. 
Hoy mismo he encontrado una frase que quiero compartir con vosotros. Dice así: "aprendió tanto de sus errores que cuando tropezaba, en lugar de caer, volaba". Por favor, volar conmigo, dejar al bicho consumirse en su propia idolatría. Os prometo que la felicidad vendrá cuando esto haya pasado. Lo sé. 

¡Ah! Una última cosa. El peso. Ya os he hablado alguna vez de este martirio al que tanto apego llegamos a coger cuando lo único que nos dice es la fuerza que la gravedad ejerce sobre nuestro cuerpo. Quería deciros que desde que volví de vacaciones, no he querido pesarme. Que cada vez que voy a la psicóloga le pido que no me pese. No quiero saber mi peso porque me da igual lo que pese, porque la ropa me está bien y porque estoy a gusto y no quiero que un estúpido número me haga dudar de mi valía y cuestione mi felicidad. La gente me ve bien y me ve feliz y así me hacen sentir. No necesito nada más.

El otoño es una época muy propicia para la depresión, pero también es un gran reto para mirar a la vida de frente y demostrarle lo mucho que hemos avanzado y lo fuerte que nos hemos hecho. Qué decís, ¿luchamos? Las hojas se empiezan a caer de los árboles, ¿nos deshacemos de aquellas hojas que nos afean y no nos dejan ver el paisaje con claridad? ¡Yo estoy en ello!

3 comentarios:

  1. ¡Qué alegría Ana!!
    No te conozco, pero al leerte es como si lo hiciese y por ello quiero que sepas que estoy orgullosa.
    Me alegro de que (con perdón por las palabras) le hayas dado una patada definitiva en el culo al bicho.
    Quise pensar que tu vida, aquella que ahora sin el bicho puedes vivir, te tenía tan absorta que no podías escribirnos.
    Pero confieso que cuando te escribí para saber de ti, un resquicio de miedo se había apoderado de mí, ya sé que la "vuelta al cole" es dura.
    Sigue así campeona, tardes más o menos recuerda que al menos yo estaré aquí para leerte. A veces con una sonrisa, otras con una lágrima, como hoy que has hecho que me emocionase.
    Un abrazo enorme, sigue así Ana, sigue feliz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Aire!!! A veces me resulta imposible pensar que no te conozco! Es increíble poder ser consciente de lo lejos que llegan mis palabras.

      Un abrazo grande,

      Muchas gracias por tus ánimos,

      ANA

      Eliminar
    2. Ojalá pudiera conocerte y darte un achuchón!
      Pero la verdad es que lo único que conozco es esta Ana, la luchadora. Intuyo que también hay una Ana con carácter, una Ana divertida, una Ana cariñosa...
      Es increíble con la sensibilidad, el mimo y la cruda realidad con la que nos escribes, quizá lo hagas tan bien porque lo has vivido, porque es tu historia, tu historia de superación!

      Eliminar