lunes, 10 de agosto de 2015

EL OCÉANO ATLÁNTICO

Cada año hacia igual. Decía que me iba a dar un paseo por la playa y venía hasta aquí. Hasta la roca que sobresale en el mar. A llorar, a reflexionar, a hacerme pequeñita, a oír el ruido del mar a mi alrededor... ¿Por qué? Creo que ahora tengo la respuesta. 
La anorexia es una enfermedad mental que conlleva una sensación de infinita soledad, de profunda incomprensión por parte del mundo que te rodea. Supongo que, el no poder hacer llaves que permitiesen a los demás entrar en mi cabeza, surcar mi corazón, y ver cómo me sentía, me llevaba a intentar somatizar mis sensaciones. Para que se entienda mejor, necesitaba sentir físicamente, exteriorizar, aquello que por dentro me corroía y me amargaba los días. ¿Y qué era eso que yo sentía? ¿Eso que sienten todas las niñas abrazadas por Ana? Pues ya lo he dicho, una infinita soledad y una profunda incomprensión por parte del mundo que les rodea. ¿Y cómo sacarlo a fuera? ¿Cómo proyectar la imagen de tus pensamientos, de tus mazmorras, en el mundo real? Pues en una roca, abandonada de la mano de Dios en medio del mar, rodeada por el océano a sus cuatro costados. Una roca minúscula en la que sólo cabe una persona. Una persona que deja un retículo mínimo a Ana. 
Esto me lleva a una segunda reflexión. Supongamos que la roca es Ana (no yo, que por suerte o desgracia comparto nombre con el bicho, sino la enfermedad, la anorexia) y que el mar es el proceso largo de curación, necesario para llegar nadando a la orilla, que es la vida a la que necesitamos volver, dejando así a Ana en medio del mar. Ello conlleva tirarse al océano Atlántico a nadar, con un viento gélido besándote la piel y sin la seguridad de llegar sana y salva a la orilla. Se necesita mucha valentía y muchas ganas también, ¿verdad? Pues tan complicada como resulta esta decisión, así resulta la decisión de curarse. Hemos de lanzarnos al océano, donde hará frío, donde nos dolerán los brazos de nadar contracorriente, donde nos sacudirán las olas y muchas otras cosas inesperadas que sólo sabremos cuando estemos nadando hacia la orilla. 
Os cuento todo esto (siempre me han enamorado las metáforas) para deciros que yo ahora estoy en pleno océano Atlántico. Que mi objetivo es la orilla. Y que en la roca he dejado a Ana, que a veces me grita y me dice: "¡no seas bruta y ven a agarrarte un rato a la roca que sino te vas a ahogar!" Pero la hago callar y sigo nadando. 
Y ahora os pregunto, ¿llegaré a la orilla? ¿Comprendéis lo difícil que es? 
Y a las chicas abrazadas por Ana os propongo: ¿os atrevéis a dar el salto desde la roca y nadar conmigo hasta la orilla? Os prometo que allí nos esperan un montón de cosas buenas y que cuanto más tardemos en dar el salto más cosas nos perderemos.

10 comentarios:

  1. puedes nadar y llegar a la otra orilla sin duda, sólo cuesta un poquito de esfuerzo, pero como todo en la vida no, princesa?

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  2. Nada fuerte bonita, te animamos desde la orilla y te esperamos con los brazos abiertos <3

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  3. Pues a nadar hasta la orilla. Habrá momentos en que tendrás que ponerte a hacer "el muerto" para descansar y poder seguir con más fuerza. Pero no pierdas nunca de vista que estaremos TODOS (los que tú quieras, por supuesto) esperándote con los brazos abiertos. Un cálido abrazo y mucho ánimo

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    1. Tengo la costumbre de hacer el muerto a ratos para recuperar fuerzas ;)
      Muchas gracias por tus ánimos!!!!!!
      Me gustaría saber... Te conozco?

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  4. Hola Ana!! Impresionante entrada (como las otras, pero yo tambien soy mucho de metáforas y esta en especial me encantó) Ojalá pudiera ir remando en barca a rescatarte pero esto no funciona así y son tus fuerzas las que tienen que llevarte a la orilla. Besos desde la orilla...estoy mirando al mar deseando que llegues.

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    1. Muchsimas gracias por tus palabras!!! (Aunq no s\'e9 qui\'e9n eres jajajja) Un beso! ;)}

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  5. Hola Ana,
    He llegado a tu blog por medio de tu hermano mayor. Estoy realmente impresionada por tu valentía y tu fortaleza, no tengo ninguna duda de que alcanzarás la orilla, es totalmente evidente. Tienes un potencial como pocos he visto en mi vida, llegarás a todo lo que te propongas, tiempo al tiempo. En nuestras vidas todo es eventual, hasta la enfermedad y tú pareces conocerla muy bien, la miras a los ojos y la enfrentas, enhorabuena, eso es lo más difícil de todo y lo más importante para vencerla.
    Te recuerdo de niña, cuando alguna vez te cuidé, cuando te veía todas semanas y tenias la energía de los cinco años, ya se intuía una mujer muy fuerte y de gran carácter en ti (como lo es tu madre, el mejor ejemplo que se pueda tener).
    Te deseo todo lo mejor y seguiré con atención tus progresos.
    Un gran abrazo,
    Lourdes

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    1. Lourdes!!!!! Yo también me acuerdo mucho de ti!!!! :))
      Muchas gracias!!!! Me ha hecho mucha ilusión leer tu cometario!!
      Un beso fuerte!

      Ana

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